Echando un vistazo a las encuestas de los últimos años en España no hace falta ser un experto sociólogo para vislumbrar que los ciudadanos ven a los políticos como un problema. Es paradójico que quién debería solucionar los problemas, se convierta así mismo en un problema. ¿Cómo deberíamos salir de este bucle? que lo es, la política es el instrumento adecuado para gestionar los recursos públicos en beneficio de todos, no es ninguna broma y entre todos deberíamos de ponernos manos a la obra para ponerle solución.
Realmente lo que existe es una desafección entre la ciudadanía y los políticos en general, provocada por las actitudes y hechos que han provocado ese distanciamiento, de algunos de ellos.
Desde un punto de vista práctico este distanciamiento ha provocado que cada vez haya menos gente que se acerque a la política activa, al de la militancia. El que se acerca es visto como un aprovechado que quiere vivir de la política y no de la persona que tiene una implicación social con su comunidad, porque recordemos que hoy en día las sociedades se cambian desde la acción política, la acción humanitaria e incluso la acción social dependen de la política para ejercer su actividad.
Alguien lo hará por ti, si no lo haces tú
Por lo tanto, si hay cada vez menos gente que tiene menos compromiso desde la parte social, imagínate desde la política, y como consecuencia de este distanciamiento baja la adhesión a los partidos, a la recogida de firmas, a la presencia en manifestaciones y eventos. Esto si es un indicador claro, hay un sentimiento de resignación, con el que aparentamos estar disconformes, de vez en cuando, con algún pataleo en redes sociales, el activismo del clic, hablaremos de esto en otra entrada.
Siempre me he negado a dejar pasar la oportunidad de cambiar las cosas para mejor. Tenemos la oportunidad de hacerlo en un colegio, en un pueblo, una ciudad, incluso en un país y dejarlo mejor para nuestros descendientes. Por eso cuando he tenido y me han dado la oportunidad de hacerlo, he hecho lo posible para mejorar mi comunidad. Es una prioridad individual, lo se, no te pido que tengas la misma inquietud, pero tienes que ser consciente de que si no lo haces tú, alguien lo hará por tí.
Lo que no nos gusta de la política
Deberíamos de ser críticos en este apartado y hacer un análisis, no hace faltar ser muy concienzudo, de lo que nos molesta de los políticos en general, siempre es injusto generalizar, hay muchos y honestos. Si no somos capaces de hacer un análisis, poco podremos mejorar. Un listado muy simple de lo que no nos gusta:
Que nos mientan
Que sólo estén para la foto
Que no cuenten con la ciudadanía
Que se reúnan con nosotros sólo para buscar el voto antes de las elecciones
Que exista corrupción
Que no conozcan la realidad
Que trabajen desde el despacho
Que no cuenten con los vecinos, colectivos y asociaciones
Que no exista una comunicación fluida
Una relación de confianza
Pues parece que está claro que lo que hay que hacer desde la política es ganarse la confianza de la ciudadanía, y esto no se consigue a base de hacerse fotos en los eventos y en las inauguraciones, no se gana con llamadas o emails desde un despacho, se gana pisando asfalto y mirando a la cara a las personas, y con honestidad.
Si la administración es lenta en solucionar los problemas, hay que poner las medidas necesarias para poder gestionar mejor y esa debe de ser la prioridad, a veces ocurre, no siempre, que la ciudadanía confunde el retraso y la burocracia administrativa con una mentira.
Hay partidos políticos que cuando están gestionando en las instituciones venden lo mismo 6 o 7 veces, porque venden el mismo proyecto en sus diferentes etapas administrativas lo que al ciudadano le trae al pairo. Te pongo un ejemplo real de una venta de una infraestructura en todos sus procesos administrativos: se anuncia cuando se piensa, cuando cuando hacen el primer boceto, cuando se hace el pliego de licitación, cuando lo aprueban en Junta de Gobierno, cuando se adjudica la licitación, cuando se visita el espacio, cuando se coloca la primera piedra, cuando están en marcha las obras y finalmente cuando se inaugura.
Fácilmente entre el primer paso y el último puede haber pasado un mínimo de 3 años, siendo muy generoso ¿Es normal que la ciudadanía piense que les han engañado?, SI. Recordemos que los partidos se presentan a unas elecciones para cuatro años, no para ocho, ni para doce. ¿Pueden pensar los ciudadanos que los políticos no piensan realmente en sus prioridades?. SI. Hay que ser honesto y explicar los proyectos que son a corto, a medio y a largo plazo. Lo que irá en beneficio de la clase política en general.
Por lo tanto en esta nueva dinámica de relación, debemos construir una relación de confianza basada en la honestidad, y eso quiere decir, escuchar, explicar, ser muy didáctico, y no prometer lo que no se puede hacer, o si son proyectos a corto, medio y largo plazo explicarlo muy didácticamente a los ciudadanos.
Fomentar la participación
La participación no quiere decir que se monten ágoras para cada idea o eventos multitudinarios para explicar un proyecto de ciudad. Para mi la participación consiste en implicar a los agentes necesarios e implicados, para que validen tus propuestas políticas y la mejoren con sus aportaciones. A partir de esa premisa lo podemos complicar lo que queramos, pero si partimos de una base, nos bastaría con que escuchemos a las plataformas, asociaciones y colectivos, hagamos suyas nuestras propuestas, expliquemos las limitaciones, pongamos plazos, sigamos relacionándolos con ellos e impliquemos a un número más amplio de colectivos o asociaciones que se vayan a ver afectados por las propuestas políticas que vamos a intentar llevar a cabo.
La ciudadanía para ser exigente debe formarse, no solamente dejarse informar
Pero hay un paso previo en esta participación, son imprescindibles la creación de foros de lectura y debate sobre ideas políticas, modelos de ciudad y de región, sobre modelos productivos económicos, innovación, educación, digitalización, conciliación, feminismo, inmigración, sostenibilidad…
Todos estos temas deben de ser tratados en foros ciudadanos, no es sólo desde la política, lo que se viene a denominar la sociedad civil activa, es el sentido del deber ciudadano el que nos obliga a formarnos y aprender las diferencias, para que después podamos escoger a los políticos que nos van a gobernar en coherencia con esos modelos políticos. Después no podremos quejarnos de que nos han engañado, que nos han vendido una moto, porque hemos sido nosotros los que nos hemos dejado engatusar por mensajes facilones, y que queríamos escuchar, lejos de la realidad.
Si queremos mejores políticos y creer en ellos, desde nuestra responsabilidad ciudadana debemos exigir desde el conocimiento, no sólo desde el titular de un medio de comunicación. El político debe pisar el terreno escuchar y ser honesto. Intentemos cerrar esa brecha porque sin política no tendremos una mejor sociedad que dejar.