Partimos del concepto erróneo de que la comunicación digital en política debe limitarse a enviar mensajes
En el S. XXI en toda una era digital no se acaba de entender todavía cual es el potencial de la comunicación digital en política, de inicio partimos de un concepto erróneo, partimos de la premisa de que los entornos digitales son entornos de COMUNICACIÓN en una dirección, como lo son los medios de comunicación tradicionales, la prensa, la televisión, etc. y no es así, los entornos digitales son algo más, para empezar son plataformas de RELACIÓN.
En una época como la actual, en el que la distancia entre la política y la ciudadanía es muy grande, es lógico que el primer paso que tenemos que dar es la de cerrar esa brecha y la comunicación digital nos puede ayudar. Realmente los entornos digitales (redes sociales) son plataformas ideales para lograrlo, te dejo unas claves para empezar.
Escuchar
El primer paso que debemos de tener claro en el ámbito de la política, es saber escuchar, para eso las plataformas de comunicación digital como son Facebook, Twitter, son magníficos espacios para estar atentos a las demandas de los usuarios, no está todo el mundo en las redes sociales, pero los que están son muy activos y pueden ser portavoces de otros muchos.
Informar
Pero no el informar de «estoy aquí visitando un jardín», «ponemos la primera piedra», etc, esto es de otro siglo de la comunicación en política y para nada digital, los ciudadanos no somos tontos y no nos gustan para nada las exhibiciones y las «fotos». Cuánto mejor será informar de lo hablado, de lo solicitado, de los compromisos adquiridos, de los próximos pasos. Creo que se ve claramente la diferencia entre hacer posados, y explicar los compromisos a los que se llega como político de una forma abierta y transparente. Una verdadero uso eficaz de la comunicación digital en política.
Implicar
Si utilizamos las redes y las plataformas digitales como un mero canal de comunicación jamás cerraremos la brecha y distanciamiento entre la ciudadanía y los políticos. Hay que implicar a los ciudadanos en propuestas para hacer efectiva la política, en que puedan aportar sus ideas, en que puedan participar en eventos físicos, en encuestas que recojan sus peticiones, y en actos para pasar de lo virtual a lo real, que es cuando se consolidan las relaciones. Este punto no tiene sentido sin el siguiente.
Responder
Si a un político lo para por la calle un vecino, y le pregunta, jamás se le ocurre pasar de largo sin hablarle, pues si esto no se hace en la vida real, alguien me explica ¿por qué no se hace en el ámbito virtual?, ya me se algunas respuestas «no tengo tiempo de responder a todas», «hay muchos que me preguntan siempre por lo mismo», «no puedo dar una respuesta». Pues se debe considerar que eso forma parte del trabajo político y responder es una gran oportunidad en política y teniendo herramientas digitales que lo permiten, estamos desperdiciando la oportunidad. Sobre todo si empezamos a pensar que detrás de una cuenta en una red (casi) siempre hay una persona, o sea un voto. Siempre hay matices en este ámbito que trataré en otra entrada del blog.
Proponer
Las propuestas, y no las descalificaciones entre políticos son de agradecer, no creo que haya nadie que se sienta cómodo en una trifulca entre políticos. No todos son iguales, no hay frase más injusta que decir que «todos los políticos son iguales», siempre va a ganar el respeto de la ciudadanía aquel político que busca el consenso, que propone, que se defiende, pero que no entra al trapo de la provocación y el insulto. Poniendo un simil futbolístico, los equipos de fútbol con menos nivel van a destruir el juego, no son nada vistosos para el público y generan desafección.
Relacionar
Si ponemos en práctica todos las premisas anteriores convertiremos un canal de comunicación unidireccional en uno para relacionarnos con los ciudadanos, objetivo número uno para cerrar la brecha entre la ciudadanía y la política. Sin una verdadera relación no podemos pretender hacer llegar nuestro mensaje político. Ahí está la segunda parte, trasladar un mensaje honesto para generar confianza.